Con el pasar del tiempo

En 2013 ve la luz mi segundo poemario, titulado Con el pasar del tiempo.

Puedes conseguirlo en formato digital o en papel. Clicka aquí 👉 Con el pasar del tiempo.

Se trata de una recopilación de poemas cuyo principal eje vertebrador es el paso del tiempo. En esta ocasión, me voy a ayudar del prólogo para animarte a curiosear en el interior de este poemario. A ver si te convenzo...

El pasar del tiempo, el pasar de los días, el pasar de la vida… Pasa la vida y los pensamientos se acumulan en las mentes añejas. Al avanzar aparecen nuevos horizontes de esperanzas y también se asoman nuevas incertidumbres. Dejamos atrás sueños no cumplidos que agrandan anhelos suspirados a los atardeceres.

En la soledad del camino revivimos los momentos felices y los pintamos de los colores que el recuerdo guarda en su paleta. Y entonces los colgamos de las paredes del alma para hacerlos más nuestros. Para convertirlos en eternos y retornar a ellos cuando la distancia del paso del tiempo pugne por arrebatárnoslos.

Pintarlos en tu lienzo o escribirlos en la hoja de tu vida para perpetuarlos en la memoria de los que quedarán cuando tú ya no estés. Ardua tarea. Si no sabes hacerlo puedes acabar acotándolos. Y entonces estos sentimientos pierden todo su sentido. ¿Se puedes pintar un amanecer o describir una sonrisa? Tal vez sólo se pueda disfrutar un instante a su vera y recordar luego su fragancia el resto de la vida.

Pasa el tiempo, las vivencias se suceden, los dejamos atrás y los fugaces instantes de felicidad se arremolinan en racimos de suspiros de complacencia añorada.
El ciclo de la vida se repite pero nunca deja de sorprendernos. Cada anochecida, cada gota de lluvia resbalando por la mejilla, cada rayo de sol calentando tu piel. Cada instante es único e irrepetible y sólo en la muerte cabe el paradigma imposible de la rutina.
Primavera, verano, otoño e invierno, se suceden entre versos que ascienden a la mente a través del frío y del calor, de los colores que pinta cada paisaje en la retina del que los mira con el corazón abierto.

Olas del mar que se acercan a acariciar tus sentidos para luego retornar a la anónima inmensidad de ese mar que el viajero contempla extasiado, dejando un aroma a sal en el recuerdo y el eco de una caracola eterna.

Momentos de trabajo con olor a sudor y músculos cansados, cuando el anverso de una mano recorriendo la frente acompaña a la satisfacción de esa labor bien hecha. Instantes de asueto y descanso donde la mente se pierde en el limbo de lo indescriptible. Momentos de penitencia y recogimiento en los que expiar los errores que se asomaron.

Y entre instantes que se suceden brotan los versos que una mano anónima escribe por orden de unos ojos que observan más allá. Palabras errantes. El pasar del tiempo. Poemas sin más.